miércoles, 24 de enero de 2007

Vicios y Virtudes

Cuentan y es verdad, que hace mucho, mucho tiempo, antes de que existieran las cosas, convivían en el mundo los Vicios y las Virtudes.

Un día que no sabían que hacer propusieron unos cuantos jugar al escondite.

-¡No!- gritaron Negación y Aburrimiento

Como empezaron a discutir, tuvieron que llamar a Consenso que puso a Paz en su sitio.

Locura salió corriendo, diciendo- Cuento yo, cuento yo.

Nadie se pudo negar.

- Uno, dos, tres, cuatro.....

Poco a poco fueron escondiéndose; Ternura se colgó del cuerno de la Luna, Orgullo y Soberbia se subieron a la copa del árbol más alto, Belleza se ocultó en la línea que separa el mar del ocaso de Sol. Mentira se escondió detrás de una nube, no se escondió en el fondo del mar.

- Cincuenta y ocho, cincuenta y nueve, sesenta.....

Locura seguía contando y Vicios y Virtudes, continuaban escondiéndose; Carácter en una roca, Cariño en las gotas de rocío matutino.... Todos. Todos no, Amor no encontraba un lugar donde no ser descubierto por más que buscaba. Y es que dicen, que el Amor, si se tiene es imposible de ocultar.

- Noventa y ocho, noventa y nueve, y cien- Voy- gritó Locura.

Amor, al oírlo, de un salto se metió en un rosal, y se acurrucó, para no ser visto.

Y mientras, Locura iba descubriendo el escondite de todos:
El primero a Pereza, que como era de esperar no se había movido de su lado; a Ternura en el cuerno de la Luna; a Soberbia y Orgullo en la copa del árbol más alto; Belleza en la línea que separa el mar del ocaso del Sol; en el rocío a Cariño; a Carácter en la piedra....

Todos, todos, no. a Amor no lo encontraba y sólo quedaba él. Y es que dicen, que cuando Amor no se tiene es muy díficil de encontrar.

Entonces salieron a escena Envidia y Traición, que le chivaron a Locura, el escondite de Amor.

Ella ni corta ni perezosa, cogió un palo que acababa en dos ramas, como una orquilla, y empezó a pinchar el seto de rosas para que saliese Amor; a pinchar, a pinchar y a pinchar...Cada vez con más fuerza, cada vez con más rabia.

Cuando por fin salió Amor de su escondite, dos ríos de sangre manaban de sus ojos, yLocura dijo:

-¡Dios mío que he hecho!- ¡Perdón!- gemía- ¿Qué vamos hacer si te he dejado ciego?

Amor le respondió:- No, no veo nada
-¿Qué puedo hacer por ti?- preguntaba Locura compugnida.
- Ya que me has dejado ciego, podrías servirme de Lazarillo.... ser tu mis ojos.
Locura asintió.

Desde entonces se sabe y es verdad, que el Amor es ciego y siempre le acompaña la Locura

miércoles, 10 de enero de 2007

Hola. Ya era hora de que me pusiera a escribir un poco por aquí, de momento os he puesto una poesía de Gabriel Celaya, espero que os guste.